
Gripe Porcina: ¿Deberíamos tener miedo?
Entrevista especial de Axel Meunier al doctor y bioestadista Antoine Flahault ,quien colaboró con la OMS para elaborar su «Global Influenza Surveillance Network» (FLUNET).
Signos de advertencia sobre una nueva epidemia están haciendo sonar campanas de alarma a la comunidad científica y los medios: ya conocimos SARS en 2003, Chikungunya en 2006 y H5N1 de influenza aviar desde 1997 – sin mencionar los terribles focos de Lassa, Ébola, virus del oeste del Nilo, de fiebres hemorrágicas. Estas epidemias son en nuestra sociedad una espada de Damocles y solamente son evitables a través de un drástico aumento de la investigación.
El mundo está balanceándose sobre el borde de una pandemia que podría matar a una gran fracción o proporción de la población humana; fue el título de un artículo del gran virólogo Robert Webster, publicado en American Scientist en marzo de 2003. Escrito en medio de una epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el artículo altamente controvertido conjuró un escenario desastroso en el cual un nuevo virus mortal podría tomar impotentes a los medios y autoridades. Sin embargo el peor escenario retrocedió; hay una probabilidad estadística que una pandemia aceche a la vuelta de la esquina. El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 11 tipos de virus de 18 enfermedades infecciosas que emergieron o reemergieron entre 1996 y 2004 incluyendo fiebre amarilla, SARS, virus del Oeste del Nilo y Ébola. La perspectiva es inquietante y la amenaza más seria es el infame virus de influenza H1N5 altamente patógeno para las aves y «desde 2003 ha sido responsable de la mayor panzootia aviar que el mundo jamás ha conocido» dice el doctor y bioestadista Antoine Flahault, quien colaboró con la OMS para desarrollar la «Global Influenza Surveillance Network» (FLUNET).
Si bien el último objetivo de la investigación científica en enfermedades virales es por supuesto encontrar vacunas humanas -como ha sucedido con la viruela, la cual fue erradicada en 1979- primero e importante es necesario entender el mecanismo altamente complejo de los virus, antes del desarrollo de las vacunas. Los virus son simples «secuencias» de ácido desoxirribonucleico (ADN) o ribonucleico (ARN) rodeados por proteína y no son por sí mismos organismos vivientes. Son parásitos obligados que necesitan infectar otro organismo para replicarse. Es una limitación que también les ofrece ilimitadas oportunidades: fue un nuevo coronavirus, un desconocido primo del resfrío común, que hizo crecer la epidemia en Asia de SARS en 2003.
Siguiendo la crisis del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA o AIDS), la que surgió de una adaptación del virus de la inmunodeficiencia de los simios (SIV) a los humanos, parece que el SARS fue también transmitido por animales.
La barrera de especie ¿será suficientemente fuerte para contener la diseminación de H5N1, cuyo reservorio natural son las aves? Pierre Roques, del Instituto de Enfermedades Emergentes y Terapias Innovadoras (FR) tiene un cuidadoso punto de vista: «La fe en la barrera de especie ha sido sacudida. Aún cuando la peste porcina mata los cerdos muy rápidamente, nunca infecta a los humanos que están en contacto, el virus de influenza porcina es perfectamente capaz de cruzar la barrera de especie. De hecho uno de los mecanismos que se piensa puede ser responsable de las nuevas variantes de influenza humana es una recombinación del virus de las aves que infectan cerdos y luego pasan del cerdo al humano. Influenza es más órgano-dependiente que especie-dependiente, tal que los virus pueden cruzar la barrera de especie entre animales de sangre caliente con órganos similares. El virus H5N1, para el cual es óptima la temperatura de 39º C aún no se ha adaptado al humano, quien tiene una temperatura corporal 2 ó 3 grados inferior a la de las aves».
Desde el punto de vista molecular, si el humano contrae o no influenza depende del número de hemoaglutinación (H) usado para clasificar los diferentes virus A de influenza.
Conocemos 16 variantes, solamente 3 de las cuales están totalmente adaptadas al humano y nos infectan con nuestra familiar y estacional influenza.
La hemoaglutinación es la llave, la que el virus usa para entrar en las células huésped. Antoine Flahault dice: «De acuerdo con nuestro conocimiento actual solamente los virus H1, H2 y H3 han causado pandemias en la historia entera de la especie humana.»
Estos virus han estado circulando por mucho tiempo. A pesar de la extrema proximidad en la que viven cerdos, aves (pollos) y humanos en algunos países del mundo, no hay informe de un foco epidémico de H5N1 en humanos que haya ocurrido en el siglo XX, si bien hubo varios episodios de influenza aviar.
De acuerdo con algunos científicos, sin embargo, se debería tomar solamente un elemento de la estructura H5 para cambiar la especificidad aviar de H5N1.
La humanización del virus podría ocurrir por la recombinación del H5N1 con otras cepas y entonces podría abrir la puerta a la pandemia. De todos los humanos que contrajeron el virus (en la mayoría de los casos tenían un contacto directo con aves silvestres o aves domésticas infectadas) 60% murieron. ¿Cuál es el peor caso imaginable?:
Que el mundo sea sacudido por otra pandemia, en la escala de la de 1918 en la cual se perdieron entre 20 y 40 millones de vidas. El virus de 1918 fue una nueva cepa (que ahora sabemos fue H1N1) con la que los humanos nunca habían estado en contacto previamente.
«La principal diferencia entre influenza estacional y pandemia es que solamente una fracción de la población es susceptible a la influenza estacional porque algunos tienen inmunidad adquirida.
Por el contrario, la población entera es susceptible a una cepa nueva para la especie humana. Algunos enfermos con pocos síntomas escapan a la detección y van a infectar a otros, los cuales pueden ser afectados severamente», explica Antoine Flahault. También depende de la virulencia del ataque: la agresividad del virus del Ébola, el cual mató 50-90% de los infectados en una o dos semanas es justamente lo que hace que sea más fácil contenerlo.
(Luego de un largo párrafo en relación con la multiplicación del virus dentro de las células y con su reproducción en el mosquito cuando es transmitido por un vector) continúa:
El virus es un despiadado colonizador que se apropia del trabajo de las células vivientes para sus propios fines. Usa los ácidos grasos, aminoácidos y ácidos nucleicos propios de la célula para su multiplicación, entonces se traslada una vez que las reservas de la célula quedan agotadas. Cunningly adaptó a su huésped algunos virus infectando una sola célula de un determinado tipo.
Los virus están comprometidos en una batalla por la supremacía sobre el ecosistema total. La cadena de especies concernientes o relacionadas con influenza aviar incluye como reservorios naturales más de 60 especies silvestres: patos, gansos y flamencos son tradicionalmente portadores del virus de influenza aviar y todos los involucrados no tienen fronteras o límites. La lista también incluye las aves domésticas, las que pueden tornarse en vectores de la enfermedad a los humanos que comercian o están en contacto con ellas. Las condiciones económicas y sociales en este caso, de la industria avícola juegan también parte de la emergencia epidémica. Sería útil extrapolar desde la pandemia de 1918: «En 1918 entre el 80 y el 85 % de las muertes fueron causadas por complicaciones bacterianas. La población infectada murió en masa por neumonía, por lo tanto hoy en día se les debería administrar antibióticos» explica Antoine Flahault. Esto significa que para estar en guardia contra una pandemia de influenza sería necesario acumular antibióticos más que vacunas.
Lo que es cierto es que en la guerra contra la próxima pandemia a virus será necesario para luchar, constituir una élite de entomólogos, veterinarios, epidemiólogos, virólogos e inmunólogos, así como también con clínicos, sociólogos, economistas, investigadores y fabricantes de recursos médicos.
La OMS, que tiene la tarea de planear un futuro ataque y definir los caminos para prepararse, está convencida que nuestro primer enemigo será el H5N1. Esperamos que por una vez la amenaza venga de una dirección predicha.»
Publicado en: Research eu/2009. The magazine of the european research area. Nº 59. Marzo 2009.
Trad: Dra. Martina Segura de Aramburu.