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octubre 2017

Etiología y control de la colibacilosis porcina.

Rubén Miranda-Hevia, Óscar Mencia-Ares, Manuel Gómez-García, Ana Carvajal-Urueña y Pedro Rubio-Nistal
Grupo de investigación Digesporc
Dpto. Sanidad Animal de la Universidad de León

La colibacilosis es una enfermedad infecciosa del tracto digestivo causada por Escherichia coli que se asocia en los cerdos, en las fases de lactación y destete, con cuadros clínicos de enteritis y diarrea. Es una de las enfermedades con mayor importancia dentro del complejo entérico porcino, responsable de grandes pérdidas económicas asociadas a la mortalidad, al empeoramiento de diferentes índices productivos y al incremento de los costes de tratamiento y control.

Etiología

  1. colies una enterobacteria que forma parte de la microbiota normal del tracto digestivo de los animales sanos y ayuda en el mantenimiento de la homeostasis intestinal al contribuir al correcto desarrollo estructural y funcional del tracto digestivo. La gran mayoría de los aislados presentes en el intestino son comensales y apatógenos para los cerdos, e incluso hay aislados beneficiosos que compiten de diversas formas con otros aislados o con bacterias patógenas.

Sin embargo, algunos aislados de E. coli poseen factores de virulencia que les otorgan un carácter patógeno, como las diferentes adhesinas o factores de adherencia y las enterotoxinas. Estos factores de virulencia permiten clasificar a los aislados de E. coli causantes de los cuadros diarreicos de colibacilosis en dos patotipos bien diferenciados: el E. coli enterotoxigénico o ETEC y el E. coli enteropatógeno o EPEC.

De forma general, E. coli produce varias enfermedades en el ganado porcino que van desde manifestaciones locales de enteritis y diarrea, en las que se centrará este artículo, a sistémicas como la enfermedad de los edemas. Otras enfermedades asociadas a este microorganismo menos prevalentes serían las septicemias, las mastitis o las infecciones del tracto urinario.

  1. colienterotoxigénico (ETEC)

Las cepas de ETEC disponen, como principales factores de virulencia, de adhesinas y toxinas. Entre las adhesinas, las más importantes son las fimbriales, estructuras de naturaleza proteica que permiten la unión de forma específica a receptores presentes en los enterocitos y en el moco. En los aislados de ETEC porcinos las fimbrias más frecuentemente identificadas son las denominadas F4, F5, F6, F7 o F18 (las cuatro primeras identificadas con anterioridad como K88, K99, 987P y F41, respectivamente). Además de estas adhesinas fimbriales, algunas cepas poseen la capacidad para producir otras adhesinas como la proteína AIDA, implicada en una adherencia difusa.

La presencia de estas adhesinas fimbriales no determina la capacidad de E. coli para dañar la mucosa intestinal pero sí su capacidad de adhesión, que tiene relación con la región del intestino donde se puede unir cada fimbria. Así la fimbria F4 se adhiere a los enterocitos del duodeno, yeyuno e íleon mientras que los aislados con las fimbrias F5, F6 y F7 lo hacen a los enterocitos de yeyuno e íleon. Además, se ha demostrado que hay cerdos que no poseen receptores para determinadas fimbrias en su intestino, por lo que son resistentes a la colonización de ETEC que solo posean estas determinadas adhesinas.

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Fuente: Albeitar Portal Veterinario