
Contención Química en Grandes Herbívoros Silvestres.
Dr. Gustavo Gachen – Jefe de Médicos Veterinarios del Bioparque Temaikèn.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta a diario el veterinario que trabaja con animales silvestres, es realizar una contención segura de los mismos y que a la vez también lo sea para los operarios. El éxito del procedimiento depende de tener protocolos y personal capacitado para disminuir al mínimo los accidentes.
La contención química es una herramienta muy útil, que requiere de la creación de protocolos anestésicos. La bibliografía existente al respecto es más que numerosa, de todas formas esta información no siempre es aplicable, ya sea porque las drogas no se consiguen en el país o porque no se cuenta con personal capacitado para la utilización de algunas de ellas, haciendo que se deban adaptar esos protocolos a las distintas circunstancias.
Uno de los protocolos de contención química, mas utilizados en grandes herbívoros tales como antílopes, cebras, hipopótamos y ciervos, entre otros, es aquel que contempla la utilización de agentes anestésicos potentes, conocidos como opioides potentes, tales como el Citrato de Carfentanil y el hidrocloruro de Etorfina, los cuales son opiáceos sintéticos con una potencia 10.000 veces mayor que la morfina.
Estas drogas permiten obtener una inmovilización rápida luego de la inyección intramuscular, utilizándose para esto, elementos de inyección remota tales como dardos y pistolas lanzadoras de los mismos. Estas drogas se asocian con otras como tranquilizantes agonistas α 2 y en algunos casos puede utilizarse también ciclohexanos como la Ketamina.
Estos opiáceos sintéticos asociados a los α 2 adrenérgicos, permiten obtener una forma segura de contención química y al existir los antagonistas correspondientes (Naltrexona para los opiáceos y Yohimbina o atipamezole para los agonistas α 2) se obtiene una recuperación rápida y segura.
La gran desventaja de la utilización de estos narcóticos es que son potencialmente peligrosos para el ser humano, lo cual hace que se deba contar con un protocolo estricto para su utilización. Los accidentes en los seres humanos pueden llegar a terminar con la muerte.
Estos accidentes pueden ocurrir al tener contacto pequeñas cantidades de la droga con la mucosa, por esto los momentos claves son:
- Carga del opioide desde su frasco a la jeringa.
- Incorporación del opioide dentro del dardo.
- Incorporación de la aguja al dardo.
- Presurización del dardo.
- Lanzamiento del dardo.
- Manipulación de elementos que han estado en contacto con la droga.
En Bioparque Temaikèn se cuenta con estas drogas y un protocolo especial para la utilización de las mismas. Sólo tres de los veterinarios tienen la capacitación necesaria para poder trabajar con estos narcóticos. Por este motivo se encuentran guardados dentro de una caja fuerte para su resguardo.
Este protocolo permite disminuir al máximo las probabilidades de accidentes. También se cuenta con el antagonista específico para el ser humano: la Naloxona y la capacitación correspondiente de los médicos del puesto sanitario de la institución, para su correcta administración.
Dentro del protocolo se incluye un acuerdo con el Hospital Austral, al cual se le da aviso cuando se inicia un trabajo con estas drogas, preparándose en ese nosocomio, una sala especial de la guardia para recibir y tratar rápidamente a un posible intoxicado, en caso de que un accidente ocurriese. Al concluir el procedimiento con el animal se vuelve a llamar para dar de baja la emergencia, se procede de igual manera con el puesto sanitario de Temaikèn.
Para la preparación de las drogas que serán inyectadas en el animal se utilizan maletines, dardos y agujas destinadas sólo para este fin. El personal interviniente se viste con trajes descartables para disminuir el posible contacto con las drogas. La manipulación de las mismas es llevada a cabo por una sola persona que se protege con el traje antes descripto y una máscara que le protege la totalidad del rostro, como así también la utilización de doble guante. Una segunda persona hace de veedor y verifica que no se comentan errores durante la preparación del dardo que puedan llevar a un accidente posterior.
Para la manipulación del dardo se usan pinzas para destapar y tapar las agujas que son utilizadas en la carga de las drogas dentro de las jeringas y posteriormente dentro de los dardos, minimizando el posible contacto.
Todos los elementos utilizados en esta maniobra serán identificados con una cinta de color rojo, para no ser manipulados por personal no autorizado.
Una vez que el dardo impacta en el animal se debe marcar el sitio de impacto para que nadie tome contacto con esta zona ya que es potencialmente tóxica al existir la posibilidad de que hayan quedado restos de fármaco en la piel.
Luego de terminado el procedimiento se debe incinerar todo elemento que estuvo en contacto con la droga ya que es el único método de eliminación segura.
Si bien la utilización de este tipo de drogas representa un riesgo alto para los operarios, es sumamente segura para el animal, lo cual la hace irremplazable. De todas formas hay muy poca casuística de accidentes en humanos con este tipo de narcóticos. Siendo de suma importancia que la institución y los veterinarios cuenten con un protocolo específico de manejo, el cual debe ser respetado al pie de la letra, siendo esta la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Agradecemos la colaboración del Dr. Gustavo Gachen – Jefe de Médicos Veterinarios del Bioparque Temaikèn – ubicado en Ruta 25, Km 1, Escobar, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.