
Louis Pasteur: “Padre de la Microbiología”.
CR (R) Vet Roberto Rufino Caro
En el presente trabajo se describen los hechos más importantes en la vida de Louis Pasteur, cuyas contribuciones científicas condujeron al mejor conocimiento de las enfermedades infecciosas del hombre y de los animales. A tal fin se seguirá el siguiente orden:
1) INTRODUCCION
2) BIOGRAFIA DE LOUIS PASTEUR
3) CONTRIBUCIONES CIENTIFICAS
- a) Isomería Óptica
- b) Fermentación
- c) Pasteurización
- d) Rechazo de la teoría de Generación Espontánea
- e) Teoría Microbiana de las Enfermedades Contagiosas f) Estudio de Enfermedades y Desarrollo de Vacunas.
4) INSTITUTO PASTEUR.
5) CONSIDERACIONES FINALES.
INTRODUCCION
Hoy en día sabemos de la existencia de los microorganismos. Estos han acompañado al hombre y a los animales desde el principio y podemos asegurar que están por todas partes, tanto en aquello que nos rodea como en nuestro propio cuerpo, conformando la denominada “microbiota”.
Sin embargo descubrir la presencia de seres microscópicos y afirmar, que pese a no ser vistos a simple vista, intervienen en todos los procesos biológicos imaginables, causó toda una revolución en otro tiempo. Antes del nacimiento de la microbiología, no entendíamos ni porqué los alimentos se deterioraban y se echaban a perder, ni porqué podíamos fermentar productos y obtener otros nuevos, ni porqué podíamos enfermarnos, como tampoco hallábamos explicación por la descomposición de los cadáveres de seres humanos, animales y plantas.
Desde los tiempos de Hipócrates (siglo V a.C.), se creía que las causas de las enfermedades, eran desequilibrios en los humores internos del cuerpo humano (y animal). Hubo que esperar hasta el siglo XIX (d. C.), para que de la mano de geniales investigadores como Louis Pasteur (Roberto Koch y otros muchos), quedase firmemente establecida la teoría del origen microbiano de las enfermedades infecciosas, según la cual, éstas son provocadas por gérmenes patógenos que se encuentran en el medio ambiente y penetran en el organismo sano.
La afirmación de las causas concretas y seguras de una gran cantidad de afecciones, dio inicio a la actual “medicina científica”, al demostrar que la enfermedad infecciosa es el efecto visible (signos, síntomas y lesiones) del accionar de una especie de microorganismo, y que puede buscarse e identificarse, y en consecuencia instaurar un tratamiento específico.
Sin embargo, la teoría microbiana de la enfermedad fue muy controvertida en sus comienzos, pues para esa época era difícil comprender como seres microscópicos, podían enfermar y hasta matar a otros seres infinitamente más grandes. Las investigaciones de Pasteur terminaron abalando dicha hipótesis, y fueron el inicio de innovaciones importantes como la higiene, la esterilización, el descubrimiento de los antibióticos y el desarrollo de vacunas, para lograr la cura y prevención de la propagación de las enfermedades infecciosas.
Por todas las contribuciones de Louis Pasteur se lo considera el “pionero de la microbiología moderna”. Algunos lo llaman (muy acertadamente) el “Padre de la Microbiología).
BIOGRAFIA
Louis Pasteur nació el día 27 de diciembre del año 1.822 en Dole, (Borgoña) una pequeña localidad ubicada al este de Francia. Fueron sus
padres Jean-Joseph Pasteur y Jeanne-Etiennette Roqui. Su infancia transcurrió en una ciudad llamada Arbois.
De niño, Pasteur no fue un estudiante prometedor en ciencias naturales, pero si demostraba particular entusiasmo por la pintura. Hizo una serie de retratos de su familia, que revelan un buen ojo para la precisión y los detalles. Sus profesores alentaron ese lado artístico y su primera ambición era la de ser profesor de arte. De hecho, algunos de sus dibujos se conservan en el museo del instituto que años más tarde fundaría. Pero su padre consideraba que pintar era una indulgencia, lo que importaba era un sólido trabajo escolar, así que Pasteur estudiaba con tesón.
Cursó sus estudios secundarios en el Liceo de Besancon, donde consiguió el título de bachiller en letras en el año 1.840, y el de ciencias (con calificación mediocre en química) en el año 1.842. Después de esto fue admitido en la Escuela Normal Superior de París, aunque no duró mucho tiempo, ya que regresó a su ciudad natal. Pero al año siguiente retornó a París y estudió química hasta doctorarse en Física y Química en el año 1.847.
Trabajó como profesor de física en Dijon Lycée, pero en el año 1.848 se convirtió en profesor de química en la Universidad de Estrasburgo. Aquí conoció a Marie Laurent, hija del Rector de la Universidad. Se casó con ella en el año 1.849 y tuvo cinco hijos, sin embargo tres de ellos murieron jóvenes a causa de la Fiebre Tifoidea y sobrevivieron dos de ellos, Jean
Baptiste y Marie-Luise. Este suceso determinó la vida profesional posterior de Louis Pasteur.
En el año 1.854 fue nombrado Decano de la facultad de Ciencias de la Universidad de Lille. En 1.857 desempeñó el cargo de Director de Estudios Científicos de la Escuela Normal de París, cuyo Laboratorio dirigió a partir del año 1.867. Desde su creación, en el año 1.888 y hasta su muerte, fue Director del Instituto que lleva su nombre.
Louis Pasteur falleció en la ciudad de Marnes-la-Coquette, Francia, el día 28 del mes de septiembre del año 1.895, a la edad de 73 años, fue enterrado en la Catedral de Notre -Dame de París, pero posteriormente sus restos fueron trasladados a una cripta neobizantina en el Instituto Pasteur en el año 1.896.
CONTRIBUCIONES CIENTIFICAS
Con sus descubrimientos, fruto de una mente brillante, pero especialmente de su esfuerzo, sacrificio, compromiso y deseo de encontrar las causas de los procesos biológicos que ocurren en muchas actividades fundamentales para el desarrollo y bienestar del hombre, Louis Pasteur no solo tuvo relevancia en el mundo de la química y la microbiología, sino que sus aportes se extienden a todos los ámbitos de la ciencia, e incluso al día de hoy.
- a) Isomería Óptica
Su primera contribución a la ciencia fue en el campo físico químico, cuando tenía 25 años de edad. En el año 1.848 trabajando en la Universidad de Estrasburgo hizo un descubrimiento revolucionario. Pasteur examinó al microscopio cristales diminutos de sales formadas a partir del ácido tartárico sintetizado en el laboratorio, y observó algo muy curioso; había cristales de dos tipos distintos, ambos casi exactamente iguales, pero con simetría especular, es decir imágenes en espejo o versiones “derechas y zurdas” como nuestras manos, contradiciendo los descubrimientos de Eilhard Mitscherlich, químico de prestigio de esa época. La composición química era la misma, pero la forma en que los átomos se asociaban, podía tener dos formas diferentes y simétricas; mientras unos cristales polarizaban la luz a la derecha (dextrógira), otros polarizaban la luz a la izquierda (levógira). Pero cuando analizó cristales formados a partir del ácido tartárico natural, es decir proveniente de los seres vivos (por ejemplo el que existe en el vino) solo se polarizaba la luz a la derecha. Su descubrimiento sirvió de punto de partida de la “estereoquímica”. Este hallazgo le valió al joven químico la concesión de la “Legión de Honor” cuando tenía 30 años de edad.
- b) Fermentación
En el año 1.856 Pasteur inició el estudio de los procesos de fermentación y descubrió que era causada por microorganismos. Algunos de sus contemporáneos, incluido el eminente químico alemán Justus Von Liebig, insistían en que la fermentación era un proceso químico y que no requería la intervención de ningún organismo. Con la ayuda de un microscopio Pasteur descubrió que intervenían microorganismos y que éstos estaban siempre presentes. En la producción de vino, por ejemplo, concluyó que intervenían dos especies de levaduras, que eran la clave del proceso, una producía alcohol y la otra ácido láctico, que agriaba el vino.
- c) Pasteurización
Napoleón III lo consultó debido a un problema complejo que tenía la industria vinícola francesa. El buen vino francés era muy apreciado en toda Europa. Pero los productores estaban perdiendo dinero cuando el vino en las botellas se dañaba en tránsito a los diferentes países. Pasteur se dio cuenta que eso se debía a la contaminación por microorganismos e imaginó que calentando el vino, podía matarlos. En efecto, aplicando altas temperaturas al vino, mataba las bacterias, pero éste sabía horrible y hubo un rechazo inicial de la industria de someterlo a un proceso de calentarlo. En una serie de experimentos, Pasteur descubrió que calentando el vino a determinadas temperaturas (a 55°C) mataba a las bacterias sin arruinar el sabor del vino. Este proceso que se denominó “Pasteurización”, evitaba las llamadas “Enfermedades del Vino” y salvó a la industria vitivinícola francesa y consolidó la fama de Pasteur. Pero la Pasteurización fue más allá del vino y también se la utilizó en la industria de la cerveza y de la leche. Pasteur observó que calentando la leche (un producto que se alteraba con mucha facilidad) a temperaturas de alrededor de 80°C durante corto tiempo, dejándola enfriar rápidamente y embotellándola a alta presión, se conseguía eliminar los microorganismos perjudiciales sin alterar sus propiedades y cualidades.
La pasteurización, pese a que hemos ido desarrollando distintas variaciones y clases, fue unos de los primeros métodos de conservación en los que se aplican procesos tecnológicos, y es la base de muchas otras técnicas que dispone la industria alimentaria para garantizar la seguridad de todos los alimentos que consumimos.
- d) Rechazo de la teoría de Generación Espontánea
Desde las afirmaciones de Aristóteles y durante 2.000 años la gente había creído que la vida aparecía espontáneamente. Se decía que, por ejemplo, las pulgas aparecían del polvo y los gusanos de la carne muerta. Esta teoría de la abiogénesis, impulsada también por el biólogo Thomas Huxley, halló su rechazo en los experimentos de Francesco Redi (1.626-1.698), pero el posterior descubrimiento de los microorganismos, resucitó esa polémica, una de las más relevantes en la historia de la microbiología.
Pasteur demostró que todo proceso de descomposición (al igual que la fermentación), se debe a la acción de organismos vivos y que el crecimiento de los microorganismos en los caldos nutritivos, no era debido a la “generación espontánea”, sino que éstos provenían del aire del ambiente.
La primera cuestión que Pasteur debía resolver era si existían en el aire microorganismos que pudieran justificar su crecimiento en estos caldos o infusiones nutritivas. Para ello puso en marcha una serie de experimentos. Utilizó una máquina que aspiraba aire y lo hacía pasar por tubos con algodón que actuaba como un filtro y luego se intentaba ver los seres vivos retenidos en el mismo. Pasteur encontró en el algodón unos bastoncillos que podían ser fácilmente observados al microscopio. Posteriormente expuso caldos nutritivos hervidos en matraces provistos de filtros de algodón que evitaba el paso de partículas de polvo ambiental, y simultáneamente otros matraces desprovistos de este filtro. Al cabo de un tiempo observó que nada crecía en los caldos que tenían filtros y si aparecían organismos vivos en los matraces sin filtros, provenientes del exterior, probablemente del polvo o en forma de esporas.
De esta manera Louis Pasteur concluyó que los organismos no se formaban espontáneamente en el interior del caldo, refutando así la “teoría de la generación espontánea” y demostrando fehacientemente que “todo ser vivo procede de otro ser vivo”. Este principio científico, que fue la base de la “teoría germinal de las enfermedades contagiosas” y la “teoría celular”, significó un cambio conceptual sobre los seres vivos y marcó el inicio de la “microbiología moderna”.
Anunció sus resultados en una gala de La Sorbona en el año 1.864 y obtuvo todo un triunfo.
- e) Teoría microbiana o germinal de las enfermedades
Louis Pasteur no fue el primero en enunciar la “teoría microbiana o germinal de las enfermedades”, pero sus experimentos fueron definitivos para probar que era correcta.
En trabajos que comenzaron en el año 1.857 Pasteur convenció al mundo de que las enfermedades contagiosas del hombre y de los animales, eran causadas por microorganismos.
Además afirmó que una persona sana podía ser portadora de microorganismos y contagiar a otros, provocando en ellos la enfermedad. La idea de que las enfermedades pueden ser transmitidas entre criaturas vivientes ya era conocida en las epidemias. Como el brote de “Cólera” en el año 1.854 en la calle Broad, Londres que cobró la vida de 500 personas en un escaso radio de 200 metros. Mediante la interrogación de los infectados y el seguimiento epidemiológico del contagio, John Snow logró identificar el origen del brote, que era una fuente de agua pública. Snow convenció a las autoridades de que clausuraran el pozo y la epidemia cesó. La pieza que faltaba para dar coherencia a esta línea de pensamiento y resolver sus puntos débiles e inexplicables, era descubrir que era exactamente el transmisor de la enfermedad. Pasteur demostró experimentalmente y desarrolló la teoría germinal de las enfermedades contagiosas, según la cual toda enfermedad infecciosa tiene su causa en un ente vivo microscópico, con capacidad para propagarse entre las personas y los animales.
El mejor ejemplo de ello fue el de la “Fiebre Puerperal”. Pasteur junto con sus colaboradores Roux y Chamberland tomaban muestras de sangre de las mujeres infectadas, realizando los cultivos bacterianos en diversos medios, hoy denominados hemocultivos y logró identificar al “Streptococcus pyogenes” como el agente bacteriano causante de la Fiebre Puerperal. Este microorganismo es uno de los patógenos más importantes en los seres humanos. Es la causa más frecuente de “Faringitis Aguda”, así como de distintas afecciones cutáneas y sistémicas. En consecuencia Semmelweis reconoció que las manos de los médicos, estudiantes en práctica y comadronas, eran el vehículo de contagio, y estableció en la maternidad de Viena una regla estricta que obligaba al personal sanitario a lavarse las manos, en una disolución de cal clorada antes de proceder al examen interno de las pacientes. El resultado fue espectacular, y la tasa de mortalidad de las parturientas descendió a solo el 1%.
En el año 1.867, dos después de que Pasteur ideara la Pasteurización, el británico Joseph Lister, como iniciador de la antisepsia, utilizó el ácido fénico para pulverizar la sala de operaciones, con el fin de destruir los microorganismos que infectaban el campo operatorio. Además aplicaba curas de pomadas fenicadas para el tratamiento de heridas infectadas. Con ello consiguió reducir la mortalidad pos operatorio, debido principalmente a gangrena y septicemia, en más del 40%. Lister es considerado el “Padre de la Antisepsia”.
El propio Pasteur sugirió a los médicos de los hospitales militares que hirvieran el instrumental y los vendajes. Describió un horno llamado “horno Pasteur”, antecesor del autoclave, útil para esterilizar instrumental quirúrgico y material de laboratorio.
Poco después E Von Bergman introdujo la “esterilización” mediante vapor, tratando de eliminar totalmente la viabilidad microbiana e implementando su práctica habitual, tanto para los guantes y ropas del cirujano y sus ayudantes, como para el instrumental quirúrgico.
Por lo tanto la aplicación de la “asepsia y la antisepsia”, consiguieron minimizar la infección quirúrgica y reducir considerablemente la mortalidad debido a ella.
Todos estos hechos jugaron un papel importante en la actitud de los médicos hacia la consideración de que algunas enfermedades de humanos, podían ser causadas por microorganismos.
Era necesario probar que el microorganismo patógeno, no solo se encontraba presente en forma constante en la enfermedad, sino que podía ser aislado, reconocido y reproducir la afección al inocularlo a otro animal. Esta prueba final fue aportada brillantemente por Roberto Koch y Louis Pasteur.
A lo largo de cuatro años, Koch realizó un estudio especial sobre el “Carbunco”, analizando repetidamente las muestras de sangre y tejidos de animales enfermos y observó en ellos la presencia siempre constante de cierto tipo de bacterias. Aisló el microorganismo y lo inyectó en ratones y conejos, produciendo en ellos una afección similar. En el año 1.876 Koch dio a conocer los resultados de su estudio, en los que demostraba el ciclo de vida del bacilo del Carbunco y se probaba la capacidad de éste para producir la enfermedad. Enunció los llamados (posteriormente) “Postulados de Koch”.
Louis Pasteur en trabajos acerca del Carbunco, independientes a los de Koch, apoyó las conclusiones de éste, y aportó pruebas irrefutables de
como en las enfermedades contagiosas de los seres humanos y de los animales, siempre se observa la presencia de microorganismos vivos.
- f) Estudio de Enfermedades Contagiosas y Desarrollo de Vacunas. Pasteur fue contactado en el año 1.865 por el gobierno francés para que ayudara a resolver la causa de la enfermedad en los gusanos de seda del sur de Francia, la cual estaba arruinando la producción.
Pasteur dijo que nunca había visto a un gusano de seda en su vida, y por lo tanto no sabía nada de ellos. Sin embargo creía que esta ignorancia le significaba la ventaja de afrontar el problema sin prejuicios. El confiaba en que el método científico sería la herramienta que esclarecería el problema y el camino para encontrar una solución.
Emprendió una investigación de ensayo y error durante más de cuatro años. Su esposa Marie lo ayudaba criando los gusanos de seda. Tras estudiar meticulosamente las enfermedades de los gusanos de seda, pudo comprobar los mecanismos de contagio. Mediante el uso del microscopio descubrió que realmente no tenían una enfermedad, sino dos, provenientes de sendos microorganismos que infectaban al gusano en su etapa inicial y a las hojas del árbol de morera de las cuales se alimentaban. Estos eran el hongo (Nosema bombycis) de la llamada “Pebrina” (Pebrine) o “enfermedad de los corpúsculos” por ser su síntoma evidente la aparición de corpúsculos negros en las distintas fases de la metamorfosis de los gusanos, desde el huevo hasta la mariposa adulta; y diversas especies de bacterias intestinales que causaban la “Flacidez” (Flacherie). Inclusive los gusanos de seda o sus crías que habían sido traídos desde China se enfermaron. Lo que hizo Pasteur fue demostrar que la Pebrina, además de ser contagiosa, se transmitía a la descendencia y aconsejó destruir los huevos y hojas infectados y reemplazarlos por otros nuevos.
Sin embargo no todo resultaba bien para Pasteur. En el año 1.868 a los 45 años de edad sufrió una hemorragia cerebral que paralizó parcialmente su lado izquierdo. Sus colaboradores montaron un laboratorio móvil para que pudiera trabajar en su lecho de enfermo. En cuanto pudo recuperarse publicó un libro en el cual detallaba sus ensayos y descubrimientos, conocimientos que otros países no tardaron en aplicar. Ya en esa época la industria francesa de la seda o sericultura, recogía los frutos de su aporte y obtenía ganancias por primera vez en una década y países como Australia e Italia imitaban ampliamente su técnica de selección.
El descubrimiento de la cura de la enfermedad de los gusanos de seda aumentó su fama no solo en Francia sino en otros países, pero también debió soportar el dolor y la desgracia en su familia. En el año 1.859 perdió a su hija por causa de la “Fiebre Tifoidea”. En 1.865 su segunda hija murió de la misma enfermedad. Otra hija pereció debido a un tumor en el año 1.866.
La pérdida de sus hijas hizo que Louis Pasteur centrara sus estudios en encontrar cura para las enfermedades contagiosas.
En esa época su ayudante Chamberland se quejaba con regularidad de unos ” forúnculos” que le aparecían en la zona del cuello, la nuca y muslos, siendo diagnosticado de “Forunculosis”. Pasteur tomó una serie de muestras del pus de los forúnculos y los puso en caldos de cultivo. Al día siguiente los cultivos estaban llenos de microorganismos que Pasteur identificó como “Stafhylococcus”.
Otra de las afecciones que estudió Pasteur fue la “Osteomielitis” cuándo fue requerida su presencia en el hospital Trousseau. El cirujano llamado Marie le pidió ayuda para conseguir identificar al agente causante de una tumoración en la rodilla derecha de una niña de 12 años. Pasteur consiguió identificar al microorganismo patógeno, resultando ser exactamente idéntico a los observados, en las muestras obtenidas de su ayudante Chamberland. Por consiguiente llegó a la conclusión de que el estafilococo no solo producía infecciones cutáneas, como la Forunculosis, sino que además, producía afecciones óseas, como en esta Osteomielitis.
En el año 1.879 Pasteur supo de una epidemia que se extendía por Rusia, la “Peste Bubónica”. Ésta enfermedad infecto contagiosa afecta al hombre y a algunos animales y se la considera una de las zoonosis más agresivas y potencialmente letales de las enfermedades bacterianas. Pasteur dio directivas de como intentar encontrar y aislar al microorganismo causante de esta enfermedad, a partir de la sangre y diferentes humores del moribundo o del recientemente fallecido. Estas recomendaciones sirvieron como base a la hora de estudiar esta enfermedad infecciosa, y permitieron que, 15 años después, Alexander Yersin, descubriera el microorganismo responsable de la Peste, la bacteria “Yersinia pestis” antes llamada “Pasteurella pestis”, en Hong Kong, y demostró además la relación entre la enfermedad humana y la rata.
Pasteur trabajó también con una enfermedad que afectaba a los cerdos, la “Erisipela Porcina” (o Mal Rojo de los Cerdos). En su estudio recurrió a las técnicas de costumbre, es decir la utilización de medios de cultivo apropiados, en este caso caldo de ternera, y luego de la incubación, inoculó a otros cerdos y pudo comprobar que éstos también morían rápidamente con síntomas de Erisipela Porcina. Esta enfermedad, causada por la bacteria” Erysipelothrix rhusiopathiae”, es considerada una zoonosis menor, ya que se puede contagiar el hombre por vía cutánea, causándole “Erisipeloides”.
En el año 1.880 Pasteur estaba trabajando con pollos para intentar determinar los mecanismos de transmisión de la bacteria responsable del “Cólera Aviar” (Pasteurella multocida) que provocaba gran mortandad en aves de corral, las cuales morían en forma repentina cuando éstas se introducían en el gallinero. La enfermedad ocurría por brotes y sobretodo
en tiempo frío y húmedo. Pasteur estudió esta enfermedad y tras varios intentos en diferentes medios de cultivo, obtuvo el más apropiado que era precisamente el caldo de gallina. El líquido del cultivo se llenaba en pocas horas de bacterias y su ingestión por parte de las aves, (Pasteur le daba a comer corteza de pan mojado en unas gotas del cultivo) producía la muerte muy rápida, pero además quedaba en los excrementos de las gallinas y era mortal para las otras aves del corral. Junto con su ayudante Charles Chamberland inoculaba la bacteria a pollos y evaluaba el proceso de la enfermedad.
Como Pasteur iba a tomarse unas vacaciones encargó a Chamberland que inoculara a un grupo de pollos un cultivo de la bacteria, pero éste olvidó hacerlo y también se fue de vacaciones. Cuando ambos regresaron al cabo de un mes, los pollos estaban sin inocular y el cultivo de las bacterias estaba donde lo habían dejado, pero muy debilitado. Entonces Chamberland inoculó a los pollos con el cultivo envejecido, pero los animales no murieron sino que desarrollaron algunos síntomas y una versión leve de la enfermedad, pero sobrevivieron. El ayudante iba a matar a todos los animales y a empezar la experiencia de nuevo cuando su jefe se lo impidió.
Pasteur se dio cuenta de que las cepas debilitadas de bacterias que causan una enfermedad, podían ayudar a que los animales desarrollaran inmunidad contra ella, y recordó lo que casi un siglo antes (año 1.796) Edward Jenner, (el Padre de la Inmunología) en Inglaterra, había descubierto con el agente causal de la Viruela de las Vacas “que protegía al hombre contra la “Viruela Humana”. Entonces expuso una vez más a los pollos al agente del Cólera y éstos sobrevivieron, pues habían desarrollado una respuesta inmune. Llamó a esta técnica “Vacunación” en honor a Edward Jenner.
Pasteur había encontrado la manera de crear vacunas en el laboratorio. Pasteur atribuyó la pérdida de virulencia del microorganismo causante del Cólera Aviar, a su exposición al oxígeno ambiental. Esta vacuna y también la del Ántrax, fueron las primeras vacunas de gérmenes patógenos artificialmente debilitadas (atenuadas).
A comienzos del año 1.877 y a petición del Ministerio de Agricultura, Pasteur es requerido para que estudie el ”Carbunco o Ántrax”, enfermedad fatal para humanos y que además podía arrasar con poblaciones enteras de ganado vacuno y ovino. Esta enfermedad era conocida desde la antigüedad y se la menciona en La Biblia, en el Segundo Libro de Moisés, Éxodo capítulo 9, versículos 1 al 7, debido a que probablemente fue la quinta de las diez plagas que DIOS envió sobre Egipto. (La Peste en el ganado).
Quien pudiera prevenir la enfermedad, no solo salvaría vidas, sino que además ganaría mucho dinero. La causa de la enfermedad carbuncosa, era atribuida, según los veterinarios de la época, a una intoxicación provocada por algún veneno que se encontraba en el campo y que era transmisible.
En el año 1.850 el francés Casimir-Joseph Davaine fue el primero en reconocer el agente patógeno cuando estudiaba la sangre de los animales muertos por la enfermedad. Este investigador había observado la presencia de unos bastoncillos que comparó a cuerpos vegetales. Pasteur tomó en cuenta estos experimentos y también los del alemán Roberto Koch, quien había visto esta bacteria (Bacillus anthracis) y la consideró como la causa de la enfermedad. Pidió colaboración a Jules Joubert a fin de solventar el encargo del Ministerio y poder demostrar que el “bacilo de Davaine” era el transmisor de la enfermedad.
En su laboratorio Pasteur dispuso de diferentes medios en los cuales pudiera cultivar el microorganismo. Cuando obtuvo los cultivos, inoculó a un conejo que murió en pocas horas, y recuperó de éste al bacilo. Continuando con su investigación Pasteur descubrió las fuentes de contagio del carbunco, que es por vía oral cuando el animal ingiere los pastos contaminados con los esporos del microorganismo. Además advirtió que las lombrices de tierra transportan estos esporos desde la tierra a los pastos que ingieren los animales sanos.
Al intentar preparar la vacuna contra el Carbunco Pasteur encontró dificultades, pues el método empleado para el Cólera de las gallinas no le sirvió, debido a que el bacilo del Carbunco es capaz de desarrollar esporos y éstos sobreviven a la oxigenación y conservan su virulencia, por lo tanto no podían ser atenuados. Entonces Pasteur pensó en las consecuencias de la temperatura sobre los cultivos en el laboratorio, y encontró una franja de calor donde podía cultivar el microorganismo y evitar la formación de esporos. Pasteur consiguió la vacuna cultivando la bacteria durante 8 días a 42-43°C y oxigenando los cultivos, consiguiendo que éstos sean inofensivos para los animales que más fácilmente enferman, cómo el conejo, el cobayo y las ovejas. Las bacterias de virulencia atenuada constituyen la vacuna contra las de virulencia mayor.
Para proteger a los animales del ataque mortal del Carbunco se inyectaba precisamente el microorganismo sometido a una serie de cultivos sucesivos, para provocar un Carbunco benigno.
Pasteur obtuvo de esta manera una vacuna inalterable constituida por esporos que podía fácilmente trasladar a cualquier lugar para llevar a cabo la vacunación de los animales y evitarles esta terrible enfermedad. Un veterinario de la época, llamado Rossignol, no confiaba en la eficacia de la vacuna, la primera de la historia con bacterias atenuadas y desafió a Pasteur a demostrarla en público.
La Sociedad de Agricultura local puso a disposición de ambos 60 animales, y la prueba se hizo en una finca en Pouilly-le-Fort, a poca distancia de París. En el año 1.881 Pasteur inoculó su vacuna atenuada a 24 carneros, 6 vacas y 1 cabra. Los animales de Rossignol eran 21 carneros y 1 cabra sin vacunar. Durante días permanecieron en los llamados “campos malditos”, que eran terrenos plagados de esporas procedentes de animales muertos de Carbunco. El ganado de Pasteur sobrevivió y todos los animales de Rossignol murieron, encumbrando públicamente a Pasteur como descubridor de la nueva vacuna.
El programa de vacunación que redactó Pasteur, junto con sus colaboradores Chamberland y Roux, consistía en aplicar 3 dosis de vacuna. La primera dosis se aplicó el día 05 de mayo, la segunda el día 17 del mismo mes, pero menos atenuada y el día 31 de mayo se desafiaron a los animales con la cepa sin atenuar, es decir virulenta. La comprobación del estado de los animales se realizó el día 02 de junio. Como el resultado fue altamente satisfactorio, el gobierno de la República concedió a Pasteur, Roux y Chamberland el gran cordón de la “Legión de Honor” en reconocimiento por la importancia del descubrimiento.
El primer ensayo de una vacuna en humanos fue otro hito en la historia de la medicina.
En el año 1.884 Pasteur concentró sus estudios en la Rabia, una enfermedad mortal que causa una muerte lenta y dolorosa. La llamaban la “muerte horrible” por su forma de manifestarse: convulsiones, hidrofobia, agresividad y finalmente asfixia. La transmitían los animales “enfurecidos” y es la zoonosis viral más antigua conocida.
El mes de diciembre del año mencionado, Pasteur inició el estudio de la Rabia. Tras experimentar con la saliva de animales afectados, Pasteur llegó a la conclusión de que la enfermedad residía en los centros nerviosos. Nunca había conseguido observar al microscopio al agente infeccioso y por más esmero que ponía en las tinciones de los humores y tejidos, éste nunca aparecía.
Cuando comenzó su trabajo lo que el buscó fue un modelo de infección confiable en el laboratorio. Necesitaba una cepa de referencia con la que trabajar y un método de infección reproducible, lo cual era una tarea difícil. En principio la única vía de contagio era la mordedura de un animal infectado, lo cual era inviable en el laboratorio. Es así que Pasteur depositó, de una forma muy cuidadosa, muestras de tejido nervioso infectado directamente sobre la duramadre de un perro previamente trepanado. Se aseguraba la infección y se conseguía reducir los tiempos de aparición de los síntomas. 14 días después el animal desarrolló la enfermedad.
Posteriormente decidió trabajar con conejos a los cuales les inoculaba el material nervioso infectado, y una vez desarrollada la Rabia, utilizaba su médula espinal para inocular otros conejos. Tras varios pasajes el microorganismo había reducido notablemente el tiempo de incubación, lo cual era síntoma de un aumento de su virulencia. Al cabo de 21 pasajes consecutivos, los síntomas aparecían a los 8 días de la inoculación. Había fijado la virulencia del virus a diferencia del virus encontrado en la naturaleza que es de virulencia variable. Entonces comenzó a trabajar para
producir una vacuna, y basándose en su experiencia con el Cólera Aviar, creyó que podía manipular el estado fisiológico de los agentes infecciosos, aprovechando las escasas capacidades virulentas de los microorganismos “envejecidos”. En el caso de la Rabia, el agente causal no había podido ser cultivado y ni siquiera había podido ser visto al microscopio, por lo tanto no podía emplear el mismo método.
Gracias a uno de sus colaboradores, el Dr. Roux descubrió que la forma apropiada de debilitar al microorganismo y quitarle virulencia, era la desecación de las médulas de los animales infectados. Este procedimiento presentaba además una característica especialmente interesante para Pasteur, la reducción en la virulencia resultaba gradual y proporcional a los días de desecación.
Mediante la inoculación subcutánea seriada de médulas secas a perros, Pasteur consiguió una veintena de estos animales resistentes a la Rabia. Las inoculaciones se hacían diariamente y cada día se inyectaba una médula con un período de desecación menor, hasta llegar a las médulas más virulentas, aquellas que habían permanecido en el frasco por 1 o 2 días.
De esta manera, tan innovadora para la época, Pasteur hacía que los perros después fueran resistentes a la infección por el agente causal de la Rabia. (Hoy sabemos que es un Rhabdovirus).
En el mes de julio del año 1.885 se le presentó a Pasteur el caso de Joseph Meister, un pastorcito de 9 años de edad que había sido atacado por un perro rabioso en una aldea de Alsacia, Francia. El médico del lugar temió por su vida y decidió enviarlo a París para que lo examinara el prestigioso científico. El niño acompañado por su madre y el dueño del perro llegaron al laboratorio de Pasteur quien quedó impresionado por las 12 o más heridas profundas que el niño mostraba en manos y piernas por lo cual supo que tenía amplias probabilidades de desarrollar la Rabia e iba a morir sin ninguna duda. Pero como Pasteur no era médico y si lo trataba con una vacuna que no había sido probada suficientemente, podría acarrear un serio problema legal. Sin embargo, tras consultar con sus colegas, el químico decidió inocular la vacuna al niño, y con la colaboración del Dr. Jacques Grancher comenzó, el día 06 de julio, a administrarle diariamente una inyección subcutánea de médula desecada, que era menos atenuada en cada sucesiva inoculación. Así el día 16 de julio se llegó a la última inoculación. Esta era una cepa muy virulenta obtenida de una médula de un perro.
El niño no enfermó de Rabia.
A Pasteur le daría tiempo para realizar otra prueba de su tratamiento. Esta vez sobre un pastor de 15 años llamado Jean Baptitste Jupille, con éxito. Conocida es también la historia de un grupo de campesinos rusos que probablemente iban a enfermar de Rabia al ser mordidos por lobos, los cuales llegaron a París en busca del ansiado tratamiento. Pasteur salvó la vida de la mayoría y Alejandro III, zar de Rusia lo recompensó con 50.000 rublos de oro.
Según la palabra del propio Pasteur, de 1.235 personas vacunadas en agosto de ese año, únicamente hubo fracaso en 3 ocasiones. La fama de estos hechos prodigiosos se extendió por todo el mundo y en consecuencia, centenares de personas mordidas por perros rabiosos, acudían a París para que Pasteur les administrara la vacuna. En realidad quien lo hacía era su amigo el Dr. Grancher, dando un ejemplo más de ética, pues no siendo médico, Pasteur dejaba a los médicos el cuidado del ser humano.
4) Instituto Pasteur
El viejo laboratorio de la calle Ulm en París, en pleno Barrio Latino, ya resultaba muy pequeño y en su comunicación a la Academia de Ciencias de París el día 01 de marzo del año 1.886, al exponer los resultados obtenidos en la profilaxis de la Rabia, Pasteur pidió la creación de un establecimiento vacunal contra esta enfermedad.
Este pedido contó con la aprobación de la Academia y se abrió una suscripción pública nacional e internacional, pudiéndose reunir el dinero necesario para la creación de un instituto que lleva con honor, el nombre del sabio y que fue inaugurado el día 14 del mes de noviembre del año 1.888.
Hecho conmovedor fue que al leer la lista de donantes, el pequeño Joseph Meister contribuyó con 1 franco y su padre lo hizo con 10 francos. Probablemente el mejor agradecimiento que pudo tener Pasteur. Siendo adulto Meister sirvió como vigilante en el Instituto Pasteur hasta el día de su muerte, en el año 1.940, cuando tenía 64 años. Según se cree en ese año durante la ocupación alemana de París se resistió a la entrada de los hombres de la Wehrmacht en la cripta de Pasteur. Como no pudo impedirlo, sumado al desaliento causado por la invasión del ejército alemán a Francia y que había enviado a su familia fuera de su patria y temía no volver a verlos, se marchó a su casa y se suicidó.
5) CONSIDERACIONES FINALES
Louis Pasteur en el año 1.888 sufrió un segundo ataque de hemiplejía, sin embargo tuvo la felicidad de ver que la Bacteriología, que fue su creación, se enseñaba en todo el mundo; y que la asepsia y la antisepsia, eran ya cosa rutinaria en la curación de heridas y en la sala de operaciones.
Al cumplir 70 años, en el gran anfiteatro de La Sorbona se le rindió un homenaje multitudinario.
Habiendo llegado Pasteur del brazo del Presidente de la República, Sadi Carnot y estando el discurso de orden a cargo del gran Lister, éste comienza diciendo: “Usted levantó el velo que había cubierto durante siglos a las enfermedades infecciosas, usted ha descubierto su naturaleza microbiana”.
Posteriormente fue recibido como miembro en la Academia Francesa. Tres años después de ese homenaje, agotado por el intenso trabajo desplegado durante toda su vida, y por las pérdidas familiares, falleció a los 73 años de edad.
Pasteur fue un hombre formidable, un sabio noble y desinteresado que hizo progresar siglos a la ciencia médica y que se convirtió en benefactor de la humanidad.
Como dijo Henri Mondor “Louis Pasteur no fue médico ni cirujano, pero nadie ha hecho tanto como El, en favor de la medicina y de la Cirugía.”
Fuente:
https://mail.google.com/mail/u/2/#inbox/FMfcgxwJXxqnMBjFjchmmXbcZWHMSXvh?projector=1&messagePartId=0.1